Los cuatro sospechosos involucrados en el robo del Museo del Louvre, ocurrido el 19 de octubre, han sido identificados como delincuentes con antecedentes, aunque estos no están relacionados con el crimen organizado de gran escala. La fiscal de París, Laure Beccuau, explicó en una entrevista con France Info que los cuatro individuos tenían conexiones previas y que dos de ellos eran pareja.

Beccuau destacó que todos residían en Seine Saint-Denis, una zona periférica de París, y que dos de ellos compartían una vida en común y tenían hijos. Aunque no pertenecen a un perfil típico del crimen organizado, han perpetrado delitos graves. La fiscal mencionó que ya se ha arrestado a tres de los cuatro miembros del grupo, además de la pareja de uno de ellos, quien enfrenta cargos por complicidad. Estos individuos son responsables del robo de ocho joyas de la corona francesa, cuya valoración asciende a 88 millones de euros.

En la actualidad, las autoridades están en la búsqueda de un cuarto miembro del grupo y de otros posibles cómplices. Beccuau indicó que, por el momento, consideran que los ladrones no contaron con la ayuda de personas dentro del museo. De los dos detenidos recientemente, se ha hallado ADN de uno de ellos en la grúa utilizada para acceder al balcón de la galería Apolo, lo que sugiere su implicación directa en el robo organizado. Este individuo ha sido acusado formalmente de robo en banda y asociación delictiva.

Respecto a su pareja, se encontró también ADN en la grúa, aunque podría haber sido transferido a través de un objeto, lo que les ha llevado a procesarlos solo por complicidad, un cargo que ambos niegan a través de su abogado.

La fiscal subrayó que los tres sospechosos ya contaban con antecedentes penales significativos, en su mayoría relacionados con robos. En particular, uno de ellos, de 37 años, quien se negó a declarar, tenía un historial de once condenas previas, muchas de ellas por robo agravado. Otro de los inculpados enfrenta un juicio pendiente por un asalto a un cajero automático.

Beccuau también mencionó que aún falta al menos un sospechoso por capturar y no descarta la posibilidad de que haya más cómplices involucrados. Después del robo, se supo que los cuatro se desplazaron en moto hacia un lugar en París, donde cambiaron de vehículo. Las autoridades están investigando el paradero de las joyas robadas y analizando las posibilidades del mercado negro para su venta, aunque no se anticipa que esto ocurra en el corto plazo.